La revolución de la formación.

En la actualidad vemos con absoluta normalidad que los individuos ocupen aproximadamente un cuarto de su vida en el periodo que solemos llamar educativo.

Si una esperanza de vida aceptable es de 80 años, y de ellos, entre los 3 y los 23 los inviertes en esta etapa, los números son claros. Sería un magnifico debate, valorar si el esfuerzo, en un recurso tan escaso como es el tiempo, que supone destinar un cuarto de nuestras vidas a este propósito, está acorde con los resultados obtenidos por el común de la sociedad.

A juzgar por los cada vez más pobres resultados de nuestros sistemas educativos, el debate bien podría tener como conclusión que es necesaria una reconceptualización de los objetivos.

Cuando hablamos de educación, nos referimos al conjunto de enseñanzas que de manera integral transmiten conceptos, procedimientos, valores y aptitudes, que forjan la personalidad y forma de proceder del individuo. Sin embargo, la formación tiene un carácter mucho más concreto y especifico, y hace referencia a las cualidades y aptitudes que debe desarrollar un individuo para poder desempeñar unas funciones determinadas o tener un juicio fundamentado en una materia concreta.

Al margen de la calidad y diversidad de los planes educativos que hemos tenido en España y su posible comparación con los de otros países, tema este que dejamos a los expertos, esta diferenciación que hacemos entre educación y formación introduce un factor clave que podría explicar por qué la mayoría de los planes pueden lograr educar, pero no formar.

Mientras que la educación la percibimos como algo deseable en cualquier persona y se obliga a ésta a adquirirla durante el tiempo que se estime oportuno, la formación tiene un componente de interés para el individuo, es decir es el individuo el que debe estar más interesado en adquirirla por una cuestión de simple egoísmo, ya que la correcta y apropiada formación te puede hacer progresar social y económicamente.

 

 

Esta reflexión en cuanto a las bondades que nos aporta la formación es complicada que aflore en mentes adolescentes, cuyas inquietudes durante su periodo educativo están muy alejadas de la planificación y en consecuencia de concentrar sus esfuerzos en un hipotético futuro laboral que en el momento presente ven como una circunstancia que no les acucia. Si a ello le añadimos que el futuro profesional de los jóvenes en las últimas décadas ha sido mas que incierto y un innegable paternalismo estatal que acomoda voluntades, el resultado es que este periodo de 20 años puede servir para educar en ciertas cuestiones sociales, pero la formación termina siendo absurdamente básica.

La conclusión a esta reflexión, por tanto, es que una formación fructuosa depende de los formadores, pero fundamentalmente depende del individuo y de su interés por acoger esta formación.

En nuestro tiempo presente tenemos, además, la circunstancia añadida de vivir en una etapa que ya es claramente de transición entre el mundo antiguo, el de hace una década, y el mundo moderno, el de dentro de una década. En este escenario comprenderéis que la formación nos afecta a prácticamente todos, incluso a aquellos que están instalados en su amplia y acogedora zona de confort laboral de años trabajando en la misma empresa y con una posición reconocida y asentada.

El cambio es tan profundo y esta sucediendo a tal velocidad que es posible que mientras intentas negarlo, éste te arrolle y haya alguien que este en tu silla cuando logres levantarte. Por tanto, la única solución que nos queda es la formación.

 

 

Con todo esto en mente Criptoro pone en nuestras manos dos grandes instrumentos.

De un lado la Escuela Financiera de Innovación Digital (EFID) con 4 Institutos que te permiten de una manera progresiva y en función de tus intereses, recuerda que esto es lo más importante, formarte en diversas disciplinas dentro del mundo financiero. Pero también del ámbito empresarial, la psicología de los negocios y nuestra estabilidad emocional. De esta manera podrás encontrar cursos, de trading, de economía digital, de criptomonedas, de activos financieros, materias primas y metales, o sobre redes sociales, marketing e Inteligencia emocional.

Por lo variado y lo adecuado a estos tiempos de los cursos que ofrece la EFID, además de por su excelente relación calidad precio, te recomendamos que inviertas en ti mismo apoyándote en los cursos de formación de la EFID de Criptoro.

 

 

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Si ya te has dado cuenta de que 2020 no es un año cualquiera, sal de tu zona de confort y aprovecha la formación que Criptoro te ofrece, es la mejor manera de triunfar donde la mayoría van a naufragar.

Efrén Arroyo

Economista, Periodista y Director de Criptoro Digital Blog.