Los enemigos de nuestro dinero I. La inseguridad.

Estamos viviendo una de las mayores convulsiones bursátiles de los últimos 20 años. No hay más que echar una ojeada a la prensa económica de cualquier día, tanto de la semana pasada como de la presente, para constatar gráficamente la magnitud del miedo y la reacción del dinero frente a lo desconocido.

El pasado viernes 6 de marzo quebraron 3 de los más grandes fondos de inversión norteamericanos, noticia que ha pasado casi desapercibida, inmersos, como estamos, en la crisis del coronavirus.

El comportamiento de los bancos centrales y, en consecuencia, de los mercados ha sido un efecto espejo de lo acaecido en el 2008, cuando Lehman Brothers presentó su declaración formal de quiebra el 15 de septiembre.

No obstante, tan solo 15 días antes tenía una calificación de TRIPLE A otorgada por las principales agencias de calificación estadounidenses. Al día siguiente pasaba íntegramente a manos de Barclays Bank y del Nomura Holding, que se hizo cargo del negocio asiático. El nombre de Lehman Brothers ha quedado, desde entonces, íntimamente ligado al fenómeno de las “sub prime”, o hipotecas basura concedidas a gente sin recursos para hacer frente a los pagos y que, no obstante, tenían unos intereses extremadamente bajos. El efecto dominó y la ingeniería financiera para colocar esos títulos, hicieron el resto. A partir de entonces, todo ha cambiado en el mundo financiero.

Hoy, las entidades financieras, están haciendo como entonces. Lo veremos más adelante.

LOS ENEMIGOS DE NUESTRO DINERO: 1/ La inseguridad

Parece obvio señalar, pues, que uno de los enemigos de nuestros ahorros es el miedo, el miedo real, ficticio o interesadamente provocado y, por ende, la inseguridad que como sentimiento lleva aparejado.

Para hacer un somero análisis de la falta de seguridad que a todos afecta, dejaremos de lado cualquier tipo de sentimiento, y analizaremos hechos desde la perspectiva de los datos.

Así pues:

  • El Dow Jones ha abierto y cerrado, apenas unos minutos después, en sucesivas ocasiones a lo largo del presente mes a fin de evitar un colapso de ventas. (Ha perdido un 7% durante la primera semana del mes corriente)
  • El Ibex 35 pierde el 11.93% mientras escribo esta reseña. Acumula una pérdida de más de 110.000 millones de Euros, un 25% aproximadamente de su valor bursátil.
  • Las hipotecas concedidas durante lo que va del 2020 han descendido un 67 %, cierto que en parte por la modificación legislativa del actual Ejecutivo, aunque no es exclusivamente ésta, la única razón de base en la reducción constatada. (Petición de mayores ingresos/liquidez de los solicitantes + mayores garantías para la concesión del crédito, es decir, para disminuir el riesgo crediticio)
  • Los mercados europeos han perdido entre un 10 y un 15% de su valor bursátil.
  • El petróleo Brent tiene hoy una cotización de 29,93 $ el barril, el precio más bajo en décadas.
  • Las inversiones a corto plazo han sido prohibidas durante al menos un mes…

Todas son señales muy claras de que algo está cambiando y muy deprisa…aunque aún me queda algo en el tintero…

  • “Pero… ¿no es éste un análisis catastrofista, por la similitud con lo mismo que nos condujo a la crisis del 2008?”, podréis decirme.
  • “¡No! No lo creo… He tratado de poner juntos los datos que, por separado, son noticias diluidas en un “mare magnum” de otras que hacen de cortina de humo. No es por ello atrevido decir que estamos en un cambio de ciclo…, y por la misma razón, acabamos de entrar en el preludio de una recesión.

¿Qué hacer, pues, ante estas circunstancias?

Precisamente es la situación “de facto” lo que nos induce a buscar refugio, a refugiar nuestro patrimonio o esfuerzo para obtenerlo, en algo que sea la inversión que por excelencia nos mantenga en bahía protegida en tiempos de tempestad.

Pero ¡vayamos un poco más allá!…

Siendo capaces, como somos, de hacer un mínimo análisis pa-no-rá-mi-co de todas las señales que se agolpan en nuestros escritorios, debemos leer con atención aquellas que se interrelacionan y cuya vinculación no siempre es evidente, o están descaradamente camufladas entre cañas y juncos que desvían nuestra atención.

El bien refugio por excelencia en tiempos convulsos ha sido siempre, a lo largo de la Historia de la Humanidad, el ORO y la PLATA. Y en CRIPTORO tenemos la oportunidad de encontrar la mejor dársena ante el paso del vórtice del huracán cuyos vientos ya soplan con intensidad.

  • “De acuerdo, así ha sido…PERO…también ha caído su cotización de forma importante en estos días” diréis…
  • “Cierto, así ha sido…no obstante he de reseñar que esta caída ha sido fundamentalmente debida a que los Institucionales han hecho caja para, entre otras cosas, pagar activos financieros en venta masiva como se ha visto en los mercados bursátiles.

Estamos, sin lugar a dudas, en un momento crítico para la protección o para la creación patrimonial…No podemos dejar pasar la oportunidad. El dinero FIAT tiene sus días contados.

Soy Jaime MARTINEZ-BURGOS

Director de CRIPTORO ORO y PLATA